Cuando quieres cuidarte y comienzas a poner más atención a lo que comes sueles hacerlo con un fin en mente: el de perder peso. Lo que en realidad vamos buscando es una pérdida de porcentaje graso para vernos y sentirnos mejor. La parte negativa es que se cometen un montón de errores que hacen que nuestro objetivo se alargue en el tiempo, o peor, que nunca llegue. En este artículo te vamos a hablar de los 3 errores por los que no pierdes grasa con tu alimentación, toma nota porque son más comunes de lo que piensas.
Los 3 errores en tu alimentación que te impiden perder peso
Este déficit de calorías tiene que ser al menos de 250 kilocalorías (Kcal). Podemos crear este déficit mediante la alimentación, el ejercicio o una combinación de las dos (esta última es la mejor opción).
El problema es que existen ciertos hábitos y costumbres poco o nada saludables que zancadillean todos nuestros esfuerzos por lograr este objetivo.
Primer error: te bebes tus calorías.
Si a esto le sumamos que, además, no solemos tener en cuenta las calorías procedentes de las bebidas… ¡apaga y vámonos!
1.1 Consumo de cerveza.
Un clásico. el consumo de esta bebida aporta una media de 5 grados de alcohol.
Cada gramo de alcohol que ingerimos nos aporta a su vez 7Kcal. Una lata de cerveza de 33cl contiene aproximadamente unos 13 gramos de alcohol.
Si hacemos la cuenta, 7×13= 91Kcal por cada lata de cerveza. Y si solo fuera una… pero tendemos a abusar y el consumo de esta bebida descuadra por completo cualquier plan nutricional que puedas haberte marcado. Además las calorías procedentes del alcohol son calorías vacías, es decir, no aportan nada más, ni nutrientes, ni vitaminas, ni minerales.
Si te bebes un par de cervezas estás tomando 182 Kcal y si además las acompañas de algún tipo de snack o aperitivo (como suele ser costumbre) podemos ponernos en cifras de cerca de 500kcal.
Como ya sabes, Wabi Sabi significa «la belleza de la imperfección». No estamos diciendo que debas cortar de raíz el consumo de estas bebidas si disfrutas tomándolas. Simplemente debemos ser conscientes y plantear su consumo de una manera más estratégica y alineada con nuestros objetivos.
1.2 La «copita» de vino diaria
Durante muchísimos años hemos estado escuchando que «una copa de vino al día es buena para el corazón«, que «los médicos incluso lo recomiendan«, que «el abuelo de Pepita vivió hasta los 100 años y tomaba vino a diario«, etc, etc.
Déjame decirte que seguramente el trabajo del abuelo de Pepita era bastante menos sedentario, que su alimentación sería bastante más natural y variada y en definitiva que sus hábitos en general eran bastante más recomendables que los que tenemos hoy en día.
Y sí, el vino tiene resveratrol, una sustancia cardioprotectora. El problema es que para llegar a las dosis necesarias para que esa sustancia haga su trabajo y ejerza esta función, deberíamos tomar litros y litros de vino al día y ya te digo que con la cantidad de alcohol que tiene, no compensa.
Estamos en la misma situación que antes. No vamos a negarte que de vez en cuando apetezca una copa para celebrar algo o para acompañar una comida u ocasión especial… Pero de ahí a hacerlo un hábito hay un buen trecho.
Con el vino ocurre algo parecido a la cerveza, o peor porque su grado de alcohol es bastante superior.
Un vasito o copa de vino de 150cl de unos 13 grados de alcohol tiene algo más de 15 gramos de alcohol. Si echamos cuentas como antes 15×7=105 kcal por vaso de vino.
1.3 Zumos y refrescos.
Aquí vamos a meter en el mismo saco a refrescos y zumos por la cantidad de azúcar que consumimos.
Empezaremos por los refrescos. Este tipo de bebidas están, por lo general, repletas de azúcares refinados que elevan nuestra glucosa en sangre de una manera muy rápida y tienen un papel determinante en la aparición de algunas enfermedades como la diabetes.
En este artículo no vamos a hablarte de todas las complicaciones a nivel de salud que pueden provocarte, sino que nos vamos a centrar en la parte más nutricional.
Una lata de refresco azucarado de cola aporta más de 30 gramos de azúcar, con lo que superamos la dosis máxima diaria recomendada por la OMS (Organización Mundial de la Salud). No solo eso sino que además estaremos consumiendo prácticamente 140 kilocalorías vacías, sin nutrientes ni nada interesante para nuestro organismo.
Las personas que suelen consumir este tipo de refrescos, no toman solamente uno al día, lo hacen en mayor cantidad. Si buscamos una pérdida de grasa, simplemente quitándonos ese par de refrescos diarios ya conseguiríamos reducir 280Kcal al día ¡Solo con la alimentación!, imagínate si además lo combináramos con actividad física.
¿Parece sencillo, no?
Haciendo pequeños cambios en nuestra alimentación cotidiana podemos lograr muchísimos beneficios de una manera muy fácil, sin volvernos locos ni entrar en dietas restrictivas que nos hagan sufrir y sentirnos mal.
En el caso de los zumos ocurre algo parecido. Algunas personas creen que «zumo=fruta» pero realmente no es así.
Cuando elegimos tomar un zumo en vez de una pieza de fruta, estamos prescindiendo de la fibra presente en la fruta de manera natural además de a todo el proceso de masticación que hará que nos sintamos saciados antes.
Si me tomo un zumo, en menos de 30 segundos habrá llegado a mi estómago y en cuestión de minutos habrá sido absorbido.
En cambio con una pieza de fruta empiezo masticando, lo que hace que ya de primeras enviemos a nuestro cerebro señales de saciedad. De segundas, cuando tragamos el trozo de fruta y llega a nuestro estómago comienza un proceso digestivo que tardará más tiempo del que se tarda en absorber un zumo, y además la fibra hará también que aumente nuestra sensación de saciedad.
Por último decir que sí, que la fruta también tiene azúcar, pero es intrínseca, lo que significa que está presente de manera natural en ella y no es ni de lejos parecida al azúcar refinada que se añade en otros productos. Cuando hacemos zumo ese azúcar pasa a estar libre y su absorción será más rápida.
Además ¿Cuántas naranjas necesito para llenar un vaso? Probablemente unas 3, aumentando así el consumo tanto de azúcares como de calorías. Por lo que la equivalencia «fruta=zumo» queda completamente desmontada.
Conclusión
Te dejamos una lista con bebidas alcohólicas y no alcohólicas con sus calorías por si quieres «bichear» un poco.
El la segunda parte de este artículo te hablaremos del segundo error que te impide perder grasa: no consumir suficientes proteínas, fibra y grasas de calidad.
Desglosaremos punto por punto cada uno de esos nutrientes para que entiendas como plantear de mejor forma tu alimentación.
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¡Nos leemos en la parte 2!